I Do

Tan tan ta taaaan... el sábado es el matri de mi prima, equals: revolución familiar. Desde que dijeron la fecha cada almuerzo familiar gira en torno a vestidos, flores, partes, pelos, iglesias y demases. Cuando supe, seis meses atrás, lo primero que pensé; era en la super dieta (la misma que ahora esta haciendo una muy querida amiga, go papa!) que iba que tener que hacer para verme ultra mina y, sin ánimos de ofender, verme casi mejor que la novia, el bronceado fascinante y el vestido coolisímo que tenía que encontrar.

So... por supuesto no baje ni un gramo, tampoco estoy bronceada -recordemos que he estado la mayoría del tiempo encerrada con mis libros- lo único que logre, es mi ultracooldress. No hay nada mejor que tener un matri y salir de la casa sintiéndose la mujer mas mina del mundo, normalmente lo logra el vestido de calce perfecto, lo demás se puede solucionar con un buen bronceador sin sol (sunless tanning de hawaiian tropic, pasando el dato) y un faja que te corta la respiración y no te deja comer durante todo el matri pero te pone una sonrisa de oreja a oreja ocultando esos rollitos asesinos -mmmm, no es milagrosa en mi etapa de orca asesina, lo único que logré es subir los rollos hasta las amigdalas-. Es que cuando se tiene un matri la producción es máxima, se saca lo mejor de uno, el pelo, el make up (en estos momento quisiera tener el lipgloss con sabor a choripan (idea de una amigota) porque no creo que vaya a poder comer en toooda la noche si quiero seguir viéndome cool).

Alguien puede llegar a pensar "porque tanta emoción, ni que se casara ella", destaquemos que no he carreteado en todo el verano, no es tan terrible, pero para mi es un mundo y lo único que quiero es piscola, bailongo y si se puede... un agarronsito, quién sabe?... derrepente encuentro a mi príncipe azul y en menos de lo que canta un gallo me encuentro diciendo I Do.